martes, 25 de noviembre de 2008

HISTORIA DEL FMNL

El FMLN. Entre la oposición y el Gobierno tras doce años de elecciones

Álvaro Artiga-González1


Como resultado de los Acuerdos de Paz que pusieron fin a la guerra
civil salvadoreña, el Frente “Farabundo Martí” para la Liberación Nacional

(FMLN) se convirtió en partido político, legalmente establecido,
y participó por primera vez en elecciones en 1994. Desde entonces hasta
2006, incrementó su caudal electoral de forma continua2. Por otra parte,
pese a las divisiones por las que ha pasado, el FMLN ha controlado
un poco más del tercio de los escaños parlamentarios desde 1997, alcanzando
el máximo en 2006 al obtener 32 de 84 diputados. Además, desde

2003 gobierna en los municipios donde se concentra la mayor parte de la
población. Sin embargo, las elecciones presidenciales de 2004 mostraron
que eso no es suficiente. El FMLN no ha logrado obtener “el poder de la
mayoría” para ganar la silla presidencial. En este trabajo se describe cuál
ha sido el desempeño electoral, parlamentario y de gobierno municipal del
FMLN entre 1994 y 2006. También se identifican debilidades y fortalezas
derivadas de ese desempeño como condicionantes de las posibilidades de
acceso al gobierno nacional.

1. Los orígenes del FMLN


El actual partido FMLN de la izquierda salvadoreña tiene, por lo menos,
“tres orígenes”. El primero, en el surgimiento de las diversas organizaciones
político-militares (guerrillas) en la década de los años setenta

del siglo pasado. Cuatro de las cinco organizaciones que se aglutinaron
en el FMLN adoptaron desde sus orígenes la lucha armada como vía para
alcanzar el poder estatal. Tras una discrepancia sobre la estrategia por seguir
para “la toma del poder” en el seno del Partido Comunista Salvadoreño
(PCS), fundado en los años veinte, un grupo de disidentes decide
formar, en abril de 1970, la primera organización guerrillera salvadoreña:
las Fuerzas Populares de Liberación “Farabundo Martí” (FPL). Ésta llegaría
a ser en la década de 1980 una de las dos organizaciones más grandes
y fuertes del FMLN. Una nueva escisión tendría lugar al interior del PCS
poco tiempo después. Miembros de la Juventud Comunista deciden aband
onar
el partido y unifican esfuerzos con disidentes del Partido Demócrata
Cristiano (PDC), fundado en 1960. Nace así, en marzo de 1972, la segunda
organización guerrillera, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).

La década de 1970 es también una época de modernización del Estado
salvadoreño y de una mayor complejización de la sociedad. De acuerdo
con la teoría del desarrollo político (Huntington, 1972), los cambios económicos
y sociales acaecidos desde la década de 1950 en El Salvador, a raíz
de la diversificación de la producción agrícola exportadora y del incipiente

desarrollo industrial ?en el marco de la sustitución de importaciones?
más los impulsos originados en el proceso de integración centroamericana
MERCOMÚN, deberían ser acompañados por una modernización política.

Esta podía asumir dos vertientes: autoritaria una, democrática la otra.
La primera predominó sobre la segunda y aunque se registró una modesta
modernización política3, las elecciones no llegaron a ser el procedimiento

para acceder a los puestos de gobierno y los partidos políticos; por tanto;
carecieron de sustancial importancia. El control del Gobierno por parte de
las fuerzas armadas reprimió la movilización social y para legitimarse recurrió
a la realización de elecciones. Los procesos electorales de las déca-
das de 1950 y 1960 fueron o semi-competitivos o no competitivos. Cuando
su resultado amenazó disminuir el control militar sobre las estructuras de

gobierno, entonces el fraude o el golpe de Estado se convirtieron en la vía
de acceso al poder. En parte esta dinámica política es la que convenció a
quienes integraron las FPL y el ERP de que la lucha armada era la única
alternativa viable para introducir cambios económicos y sociales sustantivos
en el país. El fraude electoral contra la Unión Nacional Opositora

(UNO) de 1972 fue clave en este sentido.

El fracaso en 1975-76 para implementar desde el Gobierno un proyecto
de transformación agraria y el incremento de la represión a los grupos
opositores aglutinados en organizaciones de masas, crea nuevas condiciones
para el surgimiento del resto de organizaciones guerrilleras. Una división
al interior del ERP lleva a un grupo de disidentes a crear, en mayo de
1975, las Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (FARN). En enero
de 1976 se funda el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos


(PRTC). Un nuevo fraude electoral contra la oposición legal,
aglutinada otra vez en la UNO, se convierte en “la vuelta de tuerca” que
induce a dirigentes del PCS a adoptar también la vía armada como táctica
de lucha política. Así surgen en 1977 las Fuerzas Armadas de Liberación
(FAL). Se completa así el cuadro de organizaciones guerrilleras que en la
coyuntura revolucionaria centroamericana de finales de la década de 1970
constituirán posteriormente el FMLN.

La descripción de este “primer momento origina” del FMLN quedaría
sesgada si no hago mención del proceso de desarrollo del movimiento
de masas que le acompañó. Cada una de las organizaciones guerrilleras,
actuando en la clandestinidad, creó su propio frente de masas para llevar
a cabo la oposición abierta contra el régimen. Su principal componente
social estaba en el campesinado, dado el carácter primordialmente agrario
de la economía salvadoreña. Le seguían los empleados urbanos de clase
media, especialmente los profesores, y obreros de las industrias de la construcción,
textiles y bebidas. Un componente importante de estos frentes
de masas estaba constituido por estudiantes de secundaria y universitarios.

Con estas características nace, en 1974, el Frente de Acción Popular
Unificada (FAPU), que sería el frente de masas de las FARN, y en 1975
el Bloque Popular Revolucionario (BPR), vinculado a las FPL. Ambos
frentes de masas estaban constituidos por organizaciones preexistentes al
respectivo grupo armado. En cambio, las Ligas Populares 28 de febrero
(LP-28), vinculadas al ERP y creadas en 1977, y el Movimiento Popular
de Liberación (MPL), vinculado al PRTC, son posteriores a su correspondiente
organización guerrillera. El PCS adoptó una estrategia de lucha
legal por medio del partido Unión Democrática Nacionalista (UDN) y mediante
este participó en las contiendas electorales de 1972 y 1977 formando
parte de la UNO. El brazo armado del PCS; es decir, las FAL representa
más bien el giro en su estrategia inicial de lucha.4

La figura 1 presenta esquemáticamente este primer “momento originante”
del FMLN. Para los estudiosos de los partidos políticos este “primer
origen” del Frente corresponde al de un partido de “estructura indirecta”,
como lo denominó Duverger (1974). Los militantes del Frente lo
eran no a título personal, sino más bien por su pertenencia a una de las
organizaciones integrantes del FMLN. El paso al enfrentamiento armado
directo no cambió esta situación.


El segundo “momento originante” sería aquel en el que las cinco organizaciones
político-militares deciden unificar sus esfuerzos insurgentes
contra el régimen autoritario salvadoreño en octubre de 1980. Después
de una historia de desencuentros y de un breve periodo de convergencia
acelerada por el triunfo del Frente Sandinista para la Liberación Nacional
(FSLN) en Nicaragua, en julio de 1979, la guerrilla salvadoreña se unifica
en un solo Frente aunque con cinco estructuras organizativas. El 10 de
enero de 1981 lanza su “ofensiva final” y da inicio al enfrentamiento armado
abierto contra el gobierno salvadoreño y sus fuerzas armadas, apoyados
por el Gobierno de los Estados Unidos de América. El FMLN expande
su presencia en las zonas rurales del norte, centro y sur-oriente del país y
allí mantiene su retaguardia hasta el final de la guerra en 1992. Es importante
notar que en todo este periodo la “Comandancia General” del FMLN
actuaba más bien como instancia de coordinación antes que de dirección.

De hecho, cada una de las organizaciones integrantes del FMLN mantenía
sus estructuras y mandos. Las tareas bélicas consumían gran parte del esfuerzo
“efemelenista” y el debate ideológico ?muy fuerte en la década de
1970? fue dejado a un lado.

El inicio del enfrentamiento armado directo contra el Gobierno tuvo
consecuencias en la base territorial del FMLN. El paso de sus principales
acciones armadas de la ciudad al campo implicó la “ruralización” de las
bases sociales del FMLN. Esta se vio favorecida por el trabajo que grupos
eclesiales y religiosos llevaban a cabo en amplias zonas campesinas desde
mediados de la década de 1960. No fueron pocos los dirigentes campesinos,
mujeres especialmente, que provenían de cooperativas impulsadas
por la Iglesia Católica, o bien, de las propias comunidades eclesiales de
base. La represión que comenzaba a generalizarse en los años setenta se
convirtió en un factor de radicalización de los campesinos más conscientes.

La geografía política puede poner en evidencia cómo las zonas de mayor
represión coinciden con las zonas de mayor profundización del trabajo
pastoral en la línea de la teología de la liberación y con las zonas posteriormente
bajo control del FMLN. El carácter mayoritariamente rural de
lo que sería la base del FMLN en los años de la década de 1980 es algo que
no debe pasarse por alto al analizar los límites actuales del caudal electoral
del Frente. Como veremos más adelante, la evolución del FMLN implicó
una urbanización y un descuido de su base campesina.

El tercer y definitivo “momento originante” del FMLN se produce a
raíz del cumplimiento de los Acuerdos de Paz de 1992 pactados, entre el
Gobierno salvadoreño y la guerrilla, bajo la mediación de la Organización
de Naciones Unidas (ONU). Estos Acuerdos pusieron fin al conflicto armado
y en ellos se estableció, entre otros asuntos, la desmilitarización del
FMLN y su conversión en partido político para que pudiera competir, por
la vía electoral, por cuotas de poder político en las elecciones de marzo
de 1994 (véase figura 2)5. En este contexto, el 1.º de septiembre de 1992 se
firmó en San Salvador la escritura pública de fundación del FMLN. Sin
embargo, este acto legal no fue acompañado por una transformación real
de las estructuras organizativas prevalecientes hasta entonces al interior
del Frente. En términos técnicos esta situación podría entenderse como la
ocurrencia de un cambio en el ambiente o entorno del partido que no fue
acompañado del respectivo cambio en su interior. Sumado a las rencillas
más de carácter personal, este desajuste estaría en la base de la serie de
divisiones que sufriría el partido desde su “estreno” como fuerza política
legal con representación parlamentaria el 1.º de mayo de 1994 hasta la fecha.

Resulta curioso que, en todo este recorrido la fuerza política (el PCS)
más reacia a adoptar una estrategia que contemplaba la lucha armada y por
lo cual, aunque sea de manera parcial, surgieron todas las organizaciones
político-militares que dieron origen al FMLN, sea la fuerza política que
finalmente controla las estructuras organizativas del Frente. Como repitiéndose
la historia, los disidentes del PCS en la década de 1970 fueron
los disidentes del FMLN en la década de 1990. Todavía quedan algunos
cuadros de las FPL dentro del FMLN pero es el PCS el que tiene el control
del partido. El virtual fracaso en la disputa por la Presidencia de la República
por la vía electoral podría revivir el viejo debate sobre la estrategia y
táctica correctas. De allí no estará lejos el inicio de una nueva etapa en la
vida política del FMLN con los correspondientes impactos sobre el sistema
político nacional.





2. El FMLN como fuerza electoral


Vamos a examinar cuál ha sido el desempeño electoral del FMLN durante
sus 14 años de existencia legal. Entre 1994 y 2006 se realizaron cinco
elecciones de diputados y de concejos municipales (1994, 1997, 2000, 2003
y 2006) y tres elecciones presidenciales (1994, 1999 y 2004). El balance
general para la ex guerrilla salvadoreña durante estos años es positivo
puesto que, a pesar de los conflictos internos que ha vivido este partido,
llegó a ser la primera fuerza parlamentaria y a gobernar varias de las principales
ciudades del país entre 2003 y 2006.

2.1 La competencia por escaños legislativos entre 1994-2006


Las primeras elecciones libres y competitivas en El Salvador se llevaron
a cabo en marzo de 1994. Aunque estas formaban parte del calendario
electoral previsto en la Constitución Política de 1983, también eran parte
del “paquete de reformas políticas” acordadas en los Acuerdos de Paz de
1992 (véase figura 2). Como consecuencia de tales reformas, se constituyó
una nueva autoridad electoral (el Tribunal Supremo Electoral, TSE)6
encargada de organizar las llamadas “elecciones del siglo” de 1994.7 El
FMLN convertido en partido político disputaría cuotas de poder político
nacional y municipal ya no con las balas y las botas, sino con los votos.

Para las elecciones de diputados el FMLN decidió competir solo, a diferencia
de cómo lo hizo para la competencia por la silla presidencial y los
concejos municipales, en donde la política de alianzas no fue ajena a su
estrategia electoral.

Las elecciones de 1994 constituían un momento privilegiado para la
medición de fuerzas entre el FMLN y el partido de gobierno ARENA. El
total de votos que obtuvo el Frente lo ubicó rápidamente como segunda
fuerza electoral. A partir de entonces, el FMLN ha ido incrementando
su caudal electoral de manera sostenida hasta convertirse, en 2003, en el
primer partido electoral y primera fuerza parlamentaria. En 2006 siguió
siendo primera fuerza electora,l pero, por efectos del sistema electoral, se
convirtió en segunda fuerza parlamentaria. En todo caso, hay que hacer la
salvedad de que en cada legislatura desde 1994 el FMLN ha visto descender
su cuota parlamentaria debido a escisiones internas y expulsiones. Aun
así, es notorio el relativo éxito electoral del Frente si se piensa y se compara
con otras organizaciones guerrilleras en América Latina que abandonaron
las armas, compitieron en elecciones y obtuvieron escaños legislativos.

El cuadro 1 muestra la evolución del rendimiento electoral que alcanzó el
FMLN entre 1994 y 2006 en elecciones de diputados. Aunque en términos
absolutos el incremento de votos ha sido constante, en términos relativos
pareciera haberse estabilizado en el tercio de los votos válidos.


Es importante notar que el FMLN ha logrado incrementar sus votos
a pesar de los conflictos internos que terminaron en divisiones del partido.
Al menos cuatro agrupamientos internos se desvincularon del FMLN
entre 1994 y 2005. La primera escisión tuvo un impacto simbólico por el
contexto en el que ocurrió. El 1.º de mayo de 1994, el día de la toma de
posesión de los diputados para la legislatura 1994-1997, siete diputados
del FMLN recién electos discrepan con el resto (catorce) sobre quién debía
presidir la Asamblea Legislativa y si formar parte de la Junta Directiva, o
no, por no existir un acuerdo sobre el número de diputados que debían integrarla.

Los diputados disidentes pertenecían a las organizaciones Resistencia
Nacional (RN) y ERP que todavía mantenían sus estructuras. Ello,
a pesar del cambio que ya se había dado en el FMLN al pasar de guerrilla
a partido político legalmente existente.

Durante la misma sesión plenaria, al proceder a la elección de la vicepresidencia,
el máximo líder de la RN (Eduardo Sancho) propuso como
vicepresidenta a Ana Guadalupe Martínez, del ERP8, quien resultó elegida
con los votos de ARENA, PDC, PCN, el Movimiento de Unidad (MU) y
los siete diputados efemelenistas aludidos. El mismo Eduardo Sancho fue
designado Secretario de la Junta Directiva. Sin embargo, la ruptura definitiva
llegaría más tarde. Más enfrentamientos debían registrarse al interior
de la fracción efemelenista. El 26 de septiembre de 1994, desmovilizados
de la fuerza armada irrumpieron y tomaron las instalaciones de la Asamblea.

El líder del ERP, Joaquín Villalobos, acusó a las FPL de estar vinculados
a la toma. Los bloques ERP-RN y FPL-PC-PRTC se enfrascaron
en una serie de acusaciones y desmentidos. Al primer bloque se le había
unido ya el MNR, con el que el 10 de junio habían firmado una alianza
para impulsar un proyecto socialdemócrata.

La convivencia de las cinco estructuras guerrilleras dentro del nuevo
partido político cada día se hizo más difícil. Finalmente, el 6 de diciembre
del mismo año, Villalobos anunció la ruptura del pacto que unía al ERP
con el FMLN. Argumentó estar en desacuerdo con la corriente marxista leninista
y optó por impulsar la formación de un nuevo partido político de
orientación socialdemócrata. Villalobos no era diputado pero sus compañeros
Ana Guadalupe Martínez y Jorge Meléndez (un ex comandante guerrillero
en la zona oriental del país) lo secundaron. Una semana después,
el 14 de diciembre, la RN anuncia también su retiro definitivo del FMLN
y su decisión de unirse al ERP y al MNR en su intención de organizar un
nuevo partido: el Partido Socialdemócrata (PD). De esta forma, una nueva
fuerza parlamentaria surge dentro de la Asamblea Legislativa sin haber
pasado por la competencia electoral. El PD participaría en dos elecciones
de diputados más (1997 y 2000) para luego desaparecer por no alcanzar el
umbral mínimo de votos necesarios para mantener su registro ante el TSE.

Desde entonces los intentos por crear un partido socialdemócrata han sido
retomados por nuevos disidentes y expulsados del FMLN.

El segundo conflicto importante dentro del Frente ocurrió dos legislaturas
después (2000-2003). A pesar de los conflictos, el FMLN había
subido catorce puntos porcentuales en su caudal electoral si se le compara
con el alcanzado en 1994 (véase cuadro 1). El contexto institucional del
conflicto se había desplazado ahora desde los asuntos internos de funcionamiento
de la Asamblea Legislativa a las relaciones entre esta y el
Ejecutivo. Así, en febrero de 2001 ?en el contexto de los terremotos que
afectaron al país ese inicio de año? el Coordinador General del FMLN
manifiesta su desacuerdo ante el viaje que Facundo Guardado (ex comandante
de las FPL) estaba realizando a España, junto con una comitiva gubernamental
para solicitar ayuda para la reconstrucción pos terremotos.

Guardado era en ese momento concejal de la alcaldía capitalina. Salvador
Sánchez Cerén, ex dirigente de las FPL y en ese momento Coordinador
del Frente, reaccionó denunciando y descalificando la acción de Guardado.
Para aquel, este no representaba al partido en esa misión.9

En mayo de 2001 se lleva a cabo la XIV Convención Nacional Extraordinaria
del FMLN y el grupo liderado por Guardado y Francisco Jovel
(ex comandante del PRTC) decide no asistir a esa convención. Dos
meses después organizan su propia convención de cara a las elecciones
internas que el FMLN estaba organizando para elegir a su dirigencia. El 1
de octubre, el Tribunal de Honor del FMLN decide expulsar del partido a
Guardado, aduciendo violación al reglamento interno así como a la Carta
de Principios y Estatutos del partido. Tres días después los diputados del
FMLN identificados como renovadores votan junto con ARENA, PCN,
PDC, Partido de Acción Nacional (PAN) y el Centro Democrático Unido
(CDU) la aprobación de un Tratado de Libre Comercio entre El Salvador y
Chile. La gota que rebalsaría el vaso llegó el 20 de diciembre de ese mismo
año cuando, con la ayuda de los votos “renovadores”, se aprobó el Presu-
puesto General del Estado, la Ley de Emisión de Bonos y la Reconversión
de la deuda de corto plazo a largo plazo. Los seis diputados renovadores
(de 31 diputados que formaban la fracción legislativa del Frente) son expulsados
del FMLN. Con Jovel desaparece otra organización guerrillera,
el PRTC, del interior del Frente quedando entonces solo las FPL y el PCS.

Jovel y Guardado impulsan la formación del Movimiento Renovador (MR)
que participa en las elecciones de diputados de 2003, pero con magros resultados.
No alcanza el umbral mínimo de votos y desaparece.

Si ya es notable que las mencionadas divisiones y expulsiones no se
hayan traducido en disminución en la captación de votos, más notable
es aún el hecho de que los escaños legislativos ganados por el FMLN lo
convirtieran en la primera fuerza parlamentaria desde 2000, tal como lo
muestra el cuadro 2. Si bien es cierto que en 2000 el FMLN quedó por debajo
de ARENA en términos electorales (a unos 10.000 votos de distancia)
en 2003 lo superó por cerca de 30.000 votos. Por supuesto, al momento de
escribir este trabajo no puede afirmarse categóricamente que las divisiones
y expulsiones hayan finalmente terminado.10


Otra forma de analizar el rendimiento electoral del FMLN durante sus
primeros 14 años de existencia legal es por medio de la competitividad de
las elecciones ?medida por el margen de victoria o distancia en votos, absoluta
o relativa, entre el primer y segundo partido con más votos? puesto
que desde su primera incursión en procesos electorales, el FMLN ha
estado entre los dos partidos más votados. El cuadro 3 muestra el margen
de victoria para cada una de las elecciones legislativas entre 1994 y 2006.
También se incluye cuáles fueron los dos primeros partidos y el nivel de
votación que ambos concentraron.


Si los datos desde 1994 a 2003 mostrados en este cuadro se interpretaran
como tendencias, y a partir de ellos se hiciesen proyecciones sobre re-
sultados futuros, ceteris paribus, el FMLN debería haber ganado las elecciones
del siguiente año; es decir, las elecciones presidenciales de 2004.
Esta parece haber sido la interpretación que hizo la dirigencia del FMLN
de cara a ese evento electoral. Sin tomar en cuenta que se trataba de un tipo
diferente de elecciones, erró en su estrategia. Sin embargo, para el periodo
analizado sí que es válido sostener que el FMLN tuvo en rendimiento
electoral exitoso. Incluso se podría pensar que tal rendimiento influyó en
el nivel de competitividad registrado a partir de 1997. A medida que el
FMLN aumentaba su caudal electoral, las elecciones se hacían más competitivas
y, por tanto, más incierto su resultado. La elección de 2000 habría
sido el momento cuando el FMLN más se acerca a ARENA, quedando a
menos de uno por ciento de distancia. Tres años después, el FMLN sobrepasó
a ARENA, convirtiéndose así en el partido más votado. ARENA
interpretó este resultado como un preámbulo de una victoria del Frente en
las elecciones del siguiente año. Pero como ocurrió con el Frente, ARENA
también erraba en el análisis puesto que el rendimiento del FMLN en elecciones
presidenciales no había mostrado igual o similar pauta.

Las elecciones de 2006 tuvieron una competencia más reñida. Por el
valor que registró el margen de victoria (0,1%), se puede hablar de un empate.
Curiosamente, este era el escenario previo a las elecciones de 1994
aunque en el terreno militar. Ni el FMLN podía derrotar al gobierno salvadoreño,
ni este podía acabar con la guerrilla del Frente. Las elecciones de
2009, siendo generales como las de 1994, están destinadas a ser las nuevas
“elecciones del siglo”. Veamos ahora cómo se ha comportado el Frente en
las elecciones municipales.

2.2 La urbanización del FMLN: el control de las
cabeceras municipales


La mirada más general al desempeño electoral del FMLN en la competencia
por los concejos municipales la obtenemos con los datos de votación
agregados mostrados en el cuadro 4. Entre 1994 y 2006 el Frente
incrementó su votación en cerca de 400.000 votos. Por supuesto, este total
general no nos dice mucho acerca de las implicaciones y significado de su
magnitud. Hay que recordar que las elecciones de concejos municipales
corresponden a un nivel subnacional, donde las circunscripciones coinciden
con los municipios. Por tanto, los votos obtenidos en un municipio
no son tomados en cuenta para el reparto de concejales en otro municipio.

Además, la regla de repartición de los escaños es por mayoría simple. De
todas formas, hay que decir que los porcentajes de votación alcanzados a
escala nacional han estado varios puntos porcentuales por debajo de los
que obtuvo en cada una de las elecciones de diputados, pese a llevarse a
cabo de manera simultánea (véase cuadro 1). Un resultado similar obtuvo
el FMLN en términos de votación absoluta. Es decir, a nivel agregado la
votación absoluta fue mayor en cada una de las elecciones de diputados.


Sin embargo, más interesante resulta la imagen que se obtiene con los
datos del cuadro 5 referido al número de alcaldías por cada departamento.
Aquí ya se identifica que hay un departamento en el que el FMLN no ha
ganado ninguna alcaldía municipal en todo el periodo. Este departamento
es La Unión, en el oriente del paí, fronterizo con Honduras y Nicaragua.

Por otra parte, este cuadro también permite darse cuenta de que fueron
las elecciones de 1997 las que registraron el mayor avance del Frente en
cuanto a victorias en elecciones municipales se refiere. De 15 alcaldías
ganadas en 1994, pasó a 53 en 1997. Esto quiere decir que tuvo un incremento
de 38 gobiernos municipales a su favor. En 2000 obtuvo su máximo
en términos de alcaldías ganadas, 80. Pero el incremento respecto a 1997
fue de 27.

Por otra parte, según el cuadro 4, la votación total que recibió el
FMLN disminuyó en cerca de 27.000 entre 1997 y 2000. Pero el Frente obtuvo
un nuevo repunte en 2003 con casi 127.000 votos adicionales aunque
esa fuerza electoral no se tradujo en más alcaldías ganadas respecto al año
2000. Al contrario, perdió 6 alcaldías para descender a 74. Siguiendo esta
tendencia, el FMLN subió su caudal electoral en 2006 en cerca de 215.000
votos, pero bajó todavía más su control sobre gobiernos municipales hasta
la cota de 60. Este panorama implica que el FMLN tuvo el máximo número
de alcaldías bajo su control entre 2000 y 2003, y desde entonces parece
ir en descenso aunque no en términos electorales ni en cuanto a la población
sobre la que ejerce el gobierno municipal. Todavía en 2006, el FMLN
gobierna un número de municipios tal que su población representa más del
50% de la población nacional.


El desempeño electoral del FMLN a nivel municipal se aprecia mejor
especialmente en el control de las cabeceras departamentales y en los municipios
que componen el Área Metropolitana de San Salvador (AMSS).

Tómese en cuenta que todas estas cabeceras representan municipios urbanos
y en algunas de ellas superado, por lo menos una vez, el 50 por ciento
de los votos válidos, siendo que el promedio ha estado más bien cercano
al tercio de los votos.

Los cuadros 6 y 7 presentan la información que pone en evidencia el
desempeño electoral del FMLN para el periodo 1994-2006 en estas ciudades.

Por otra parte, el control de localidades como algunas de éstas es
prácticamente lo que permite al Frente gobernar sobre la mayor parte de la
población salvadoreña aunque todavía no haya logrado el triunfo en elecciones
presidenciales. Ahora bien, no debería interpretarse mal la afirmación
anterior. Como las elecciones municipales de 2003 y 2006 le dieron al
FMLN el control de las mayores concentraciones urbanas del país, por eso
se dice que gobierna a la mayoría de la población. Esta está concentrada
en las cabeceras departamentales y otras principales ciudades del país. No
se trata que el Frente tenga un apoyo mayoritario de los electores. Esto es
algo que incluso ya se ve cuando se considera el número de municipios que
gobiernan los diferentes partidos. El partido que más municipios controla
desde 1994 (por arriba del 50%) es ARENA.


En términos medios, el rendimiento electoral del Frente, tanto en las
cabeceras como en el AMSS, se desvía del comportamiento general a escalade
los municipios. Comenzó con un valor más bajo en 1994 y terminó
con un caudal superior en 2006. Todo ello sin que se registrara una disminución
en 2000 como la observada en la votación global (véase cuadro
4). Es más, el porcentaje promedio de votos que obtuvo el FMLN en 2000
en las cabeceras fue siete puntos superior al total nacional. Fue el máximo
para el periodo. La votación media por el Frente para las cabeceras
en 2003 pareciera haberse estabilizado en el tercio de los votos válidos.

Ahora bien, resulta llamativo el grado de dispersión de los votos entre las
catorce cabeceras medido por el rango o la desviación estándar. Además,
en ambos casos se trata de una dispersión en crecimiento hasta 2003. En el
alto valor del rango influye claramente la baja votación que el Frente obtiene
en La Unión. En el otro extremo, las cabeceras con mayor fuerza electoral
del FMLN fueron Santa Ana, Santa Tecla y San Salvador, casualmente
las tres cabeceras de mayor urbanización en el mismo periodo y cabeceras
con poca actividad bélica durante el conflicto de la década de 1980.


El rendimiento electoral del FMLN en la disputa por los concejos municipales
del AMSS sigue, en términos agregados, una pauta diferente a
la registrada en el caso de las cabeceras departamentales y en el resto de
municipios. Es notable el incremento en la votación que el Frente ha tenido
en los catorce municipios que conforman el Área Metropolitana de
San Salvador. En términos medios, el FMLN ha obtenido cerca del 44%
de los votos válidos desde 1997. En algunos municipios el caudal superó
los cincuenta puntos e incluso los sesenta puntos porcentuales (como es el
caso de Nejapa). Desde 1997, son pocos los municipios en los que el Frente
no alcanzó los treinta puntos porcentuales. Esto fue más notorio en los
procesos electorales de 2003 y 2006. De hecho, en 2003 no hubo municipio
de la zona metropolitana donde el Frente obtuviera menos del 30 por
ciento de los votos válidos. En 2006 este fenómeno volvió a ocurrir con la
excepción de Nejapa.11 Por supuesto, esto no quiere decir que toda el Área
Metropolitana haya estado gobernada por el FMLN aunque sí lo hayan estado
los municipios más importantes de la zona como San Salvador, Santa
Tecla y Soyapango.

Por otra parte, la dispersión de los caudales electorales no se ha ampliado
como en el caso de las cabeceras (véase cuadro 6). Aquí más bien
han disminuido tanto el rango como la desviación estándar. El primero
sobre todo puesto que entre 1997 y 2003 el rango se redujo hasta en veinte
puntos porcentuales. Si tomamos en cuenta que el AMSS es la zona más
urbanizada del país, la hipótesis acerca de la tendencia hacia la urbanización
de los apoyos electorales del FMLN encuentra aquí evidencia empírica
que la sustenta. De los 14 municipios de esta zona, 11 registraron caudales
electorales para el FMLN por arriba de los 40 puntos porcentuales.


El cuadro 8 informa sobre población, inscritos en el registro electoral
y nivel de urbanización de las cabeceras y municipios del AMSS. El
cuadro está dividido en dos partes según se trate de cabeceras departamentales
o de municipios del AMSS. El municipio que divide el cuadro
es Antiguo Cuscatlán, sobre el aparece una línea horizontal. Por otro lado,
he agregado en este cuadro información sobre el rendimiento electoral del
FMLN correspondiendo a dos niveles de votación: allí donde el Frente
obtuvo entre 40 y 50% lo he denominado nivel de “victoria disputada”
(VD) y cuando el nivel fue más del 50% de los votos válidos corresponde
a “victoria segura” (VS).

En los municipios donde el partido obtiene menos del 40% de los votos,
la probabilidad de ganar una alcaldía depende más del número de partidos
contendientes y del desempeño de estos antes que del desempeño
propio del FMLN. Los bastiones electorales del FMLN estarían en los
municipios con votación arriba del 40%. Según el cuadro 8, es claro que
el FMLN ha tenido en todo este periodo más bastiones en el AMSS que
en las cabeceras departamentales. Tómese en cuenta que la votación por el
Frente hacia 1994 no superó el 40% en ninguna cabecera o municipio del
AMSS (cuadros 6 y 7). En 2003 y 2006, el caudal electoral del FMLN no
superó ese umbral solo en 3 de los 14 municipios del AMSS. Dos de esos
tres municipios son de los menos urbanizados.

Si tomamos en cuenta los municipios en los que al menos en dos ocasiones
el FMLN ha estado arriba del 40% de la votación, notamos que en
esos municipios está el 32,7% de la población total y el 33,8% del total
de los inscritos en el Registro Electoral para el año 2000. Vale decir que
son porcentajes cercanos al tercio de la población total y del electorado.
Aunque hay casos que se desvían, como Antiguo Cuscatlán que es de los
más urbanizados y Nejapa que es de los menos urbanizados, no es fácil
deshacerse de la hipótesis de la urbanización del FMLN y que allí esté
precisamente uno de los límites a su crecimiento. Por supuesto que sería
necesario un análisis exhaustivo sobre los 262 municipios en los que se
divide el país para obtener una mejor y más adecuada descripción de esta
tendencia. Nótese, sin embargo, que según el cuadro 8, salvo en el caso de
Nejapa, no hay municipio con menos del 50% de población urbana en que
el FMLN haya obtenido más del 40% de los votos.12

2.3 El FMLN y la elección presidencial


La disputa por la presidencia de la República ha registrado un patrón
diferente en el comportamiento electoral del FMLN. Esto se puede observar
no solo en términos de la votación que el Frente captó en cada uno de
los tres procesos electorales realizados desde 1994. También se puede observar
en la misma estrategia electoral adoptada. En realidad, deberíamos
hablar de una estrategia que ha ido evolucionando a la par de los problemas
internos que ha mostrado el Frente desde su conversión en partido político.

Lo que quiero decir es que las candidaturas presidenciales del FMLN
pasaron de ser compartidas mediante coaliciones a ser exclusivamente del
partido. Este es un movimiento paralelo en la misma dirección que el de
la continua división, escisión y/o expulsión de agrupamientos internos correspondientes
a la vieja alianza de las organizaciones guerrilleras. Es curioso
que el candidato presidencial del Frente en 2004 haya sido el máximo
líder del partido comunista mientras que el candidato presidencial para
1994 haya sido propuesto por los partidos que acompañaron al Frente en
la Coalición (FMLN-CD-MNR).13 Cuando en 2004 el FMLN estaba decidiendo
su candidatura presidencial, una alternativa que llegó a plantearse
consistía en que esta viniera de fuera del partido, de un liderazgo social en
ese momento reconocido al periodista de televisión Mauricio Funes. Esta
alternativa no prosperó por diversas razones que no viene al caso describirlas
aquí. Sin embargo, vale decir que Funes estaba muy por arriba en
los niveles de popularidad del finalmente candidato Shafick Handal en diversas
encuestas de opinión. Incluso superaba a otros posibles candidatos
de otros partidos.

El cuadro 9 presenta una primera aproximación al rendimiento electoral
del FMLN en las elecciones presidenciales del periodo, incluyendo la
segunda vuelta electoral de 1994. Es notable que (al excluir la votación de
la segunda vuelta en 1994) tanto en términos absolutos como relativos el
Frente ha aumentado su caudal en todo el periodo. Este movimiento corresponde
al registrado para las elecciones de diputados y concejos municipales.


Sin embargo, pese al notable avance electoral tanto en elecciones
de diputados como de concejos municipales que tuvo entre 1994 y 2006,
el FMLN no ha podido ganar una elección presidencial. En términos de
Lipset y Rokkan (1992: 259), podría decirse que el FMLN no ha logrado
superar el “umbral de poder de la mayoría” nacional. Por razones de la
disposición electoral vigente desde 1983, las elecciones presidenciales se
llevan a cabo cada 5 años y ello ha significado que entre 1994 y 2004
se realizaron tres procesos electorales en el país: 1994, 1999 y 2004. El
FMLN resultó el segundo partido más votado en estos tres procesos.
Pero, tal como lo muestra el cuadro 10, el margen de victoria del partido
ARENA sobre el FMLN ha sido superior a los 20 puntos porcentuales
en todas las ocasiones. Contrasta este comportamiento si recordamos que
en elecciones legislativas el FMLN logró colocarse como primera fuerza
electoral en 2003.


Semejante margen de victoria no debe llevar a ignorar que de todas
formas el FMLN ha aumentado su caudal electoral tanto en términos absolutos
como relativos. En 1994 debutó con 331.629 votos, equivalentes
al 24,99%. En 1999 aumentó a 343.472 votos, equivalentes a 29,05% y en
2004 la cuota llegó hasta los 812.519 votos, equivalentes a un 35,68%. En
otras palabras, lo que puede decirse es que pese al incremento en votos que
ha obtenido el Frente en sus tres competencias por la presidencia, no ha
sido suficiente para derrotar al partido ARENA. Es claro que el llamado
“voto duro” del FMLN no es suficiente para ganar la presidencia y que el
Frente debe ampliar su base electoral, por lo menos en veinte puntos porcentuales.

Hay que tomar en cuenta que las victorias de ARENA se han
producido prácticamente todas en primera vuelta.14

Este rendimiento del FMLN no puede desligarse del carácter de las
elecciones, si presidenciales o de diputados, y de la competencia interpartidaria.
El cuadro 11 compara el tipo de competencia (bipartidista o
multipartidista) por medio del número efectivo de partidos (formato). Las
elecciones presidenciales se presentan más cercanas al bipartidismo y a
juzgar por el caudal de votos del FMLN, tanto en estas elecciones como en
las legislativas, el partido que incrementa su votación es ARENA, alimentándose
de los electores del resto de partidos.

2.4 El perfil de la base social del FMLN


Para terminar el análisis de la cara electoral del FMLN he considerado
oportuno incluir algunos rasgos de quienes prefieren al FMLN como su
partido. Voy a utilizar información proveniente de encuestas de opinión.
He optado por la “preferencia” antes que por la “intención de voto” porque
hay electores que aunque “prefieren” al FMLN por alguna razón no ejercen
el sufragio.

De acuerdo con una encuesta preelectoral del Instituto Universitario
de Opinión Púbica (IUDOP) de la Universidad Centroamericana “José Simeón
Cañas” (UCA) de El Salvador, realizada en febrero de 2003, de cara
a las elecciones legislativas de marzo de ese año, el 55,8% de los encuestados
que prefería al FMLN eran hombres frente al 44,2% de mujeres. En
cuanto a la edad, el mayor grupo está entre quienes tenían de 26 a 40 años,
representando un 40,5%. Dentro de este grupo, 17,9% estaba entre 26 y
32 años mientras que el restante 22,6% oscilaba entre 33 y 40 años. Este
último grupo sería el que más está presente en la base social del Frente
y corresponde a aquellos que en 1980, cuando se funda el FMLN como
organización político-militar, tenían entre 10 y 17 años. Son jóvenes de la
época de la guerra. Es probable que su identidad “efemelenista” se haya
forjado en esos años.

La hipótesis de la urbanización del FMLN encuentra también sustento
empírico en la citada encuesta (IUDOP, 2003), puesto que apenas un
23,5% de los seguidores del FMLN procede del ambiente rural, mientras
que un 44,0% son obreros y un 29,5% son del estrato socioeconómico medio-
bajo. Esta información apunta en la misma dirección que la que nos
sugiere el examen hecho sobre los municipios más urbanizados.

Otra característica distintiva de la comunidad partidista del FMLN
es el predominio de los católicos sobre cualquier otra confesión religiosa.
Según la encuesta del IUDOP (2003) 57% se declararon católicos mientras
que 25,5% dijo ser evangélico. Desde este punto de vista no es correcta la
imagen que algunos tienen sobre la militancia del Frente cuando afirman
que son “ateos”. Apenas un 15,2% afirmó no tener religión.

Por otro lado, 60,2% de los que prefieren al FMLN como partido suelen
presentar “algo” o “mucho” interés en la política. Se trataría por tanto
de una comunidad politizada. Algo que se manifiesta también en que
66.3% de estos tenía “algo” o “mucho” interés en el proceso electoral de
2003. En la misma dirección apunta el hecho de que el 80,6% de los efemelenistas
considerara “algo” o “muy útil” el proceso electoral para la
democratización del país. Esperanzador resulta también que el 54,2% considere
la democracia como preferible sobre cualquier otro tipo de régimen.

Se puede decir que un poco más de la mitad de la comunidad del FMLN
es leal a la democracia. Solamente 10,2% declaró preferencias por un régimen
autoritario. Se trata de información que muestra cómo poco a poco
el FMLN, como comunidad política, se ha ido transformando desde una
organización antisistema a un partido sistémico.

Dos características adicionales sobre los efemelenistas muestran que
son fieles al partido en sus preferencias. Así, por ejemplo, 60,8% declaró
haber votado por el mismo partido en las elecciones de 2000. Solamente
13,3% había votado por otro partido y por tanto serían electores movilizados
hacia el FMLN. De igual manera, 66,5% declaró ubicarse en las
posiciones más a la izquierda (1 a 4) del espectro ideológico izquierda-derecha.
Por tanto, se trata de una comunidad de electores donde dos tercios
se declaran izquierdistas, tal como el FMLN lo ha proclamado desde su
aparición.

3. La cara legislativa del FMLN


Como ya vimos al contemplar la cara electoral del FMLN, este partido
ha tenido un buen rendimiento electoral entre 1994 y 2006 a tal grado
de que no solo se convirtió en primera fuerza electoral en 2003, sino que
también obtuvo la mayor fracción legislativa para el periodo 2003-2006.
Todo ello pese a las divisiones y conflictos internos por los que ha pasado
el partido en su tránsito desde una múltiple estructura organizativa hasta
la constitución, todavía no lograda, de una única estructura adecuada al
nuevo entorno en el que le ha tocado realizar sus actividades desde 1992.

El cuadro 12 nos da la imagen de la evolución de la fuerza parlamentaria
del FMLN en el periodo 1994-2006. Es importante recordar que en
la primera legislatura en la que participó el FMLN (1994-1997) sufrió la
separación de 7 de sus 21 diputados el mismo día de la toma de posesión
de la nueva Asamblea Legislativa. Por tanto, la fracción efemelenista se
redujo a 14. Sin embargo, el FMLN recuperó su fuerza parlamentaria en
las elecciones de 1997 hasta alcanzar un total de 27 diputados. En la nueva
legislatura (1997-2000) una nueva escisión ocurrió aunque no al principio
sino al final de esta.


Además de los factores personales, las nuevas divisiones tenían su
origen en factores organizacionales. La coyuntura de selección del candidato
presidencial para 1999 fue la ocasión propicia para que saltaran a
la luz pública las diferencias en cuanto a la conducción del partido. Tres
grupos hacían visibles las tres principales corrientes dentro del partido:
“ortodoxos”, “renovadores” y “terceristas”. Estas líneas de división ya no
correspondían a las organizaciones “originantes” del FMLN, excepto por
el caso de los militantes que venían del PRTC y que se aglutinaban entre
los renovadores, junto a quienes provenían de las FPL.15 Pero entre los
terceristas y ortodoxos, también había gente de las FPL. La candidatura
presidencial fue ganada por los renovadores pero no fue suficientemente
apoyada por los ortodoxos quienes ante el fracaso en las elecciones presidenciales
de 1999 pasaron factura y desplazaron a los renovadores de los
puestos de conducción del partido.

Las elecciones de 2000 permitieron al FMLN incrementar su fuerza
parlamentaria. Entonces el FMLN obtuvo 31 escaños, convirtiéndose en
la fracción mayoritaria. En teoría esa posición le permitiría controlar la
presidencia de la Asamblea Legislativa, pero, alegando que era la primera
fuerza electoral, ARENA evitó que se consolidara el avance del FMLN en
la nueva legislatura. Su tradicional alianza con el PCN le permitió modificar
el reglamento interno de funcionamiento del Congreso y la composición
de la Junta Directiva. La presidencia quedó bajo control del PCN y
así quedaba de manifiesto que la fuerza parlamentaria del FMLN no era
suficiente para el control mayoritario del Congreso. Este quedaba siempre
bajo la alianza ARENA-PCN a la que se le unían, de vez en cuando, los
diputados del PDC. En esas condiciones, por ejemplo, fue aprobada a finales
de 2000 la Ley de Integración Monetaria, que significó la dolarización
de la economía salvadoreña. El FMLN no pudo hacer nada al respecto.

Como tampoco había podido hacer nada en la aprobación de las leyes que
implicaron la privatización de la distribución de la energía eléctrica, los
ingenios azucareros, la telefonía y la reducción del aparato estatal.
La aprobación del Presupuesto General del Estado para el año 2002
fue la coyuntura donde de nuevo aparecieron con fuerza las divisiones
en el FMLN. El resultado fue una nueva escisión. Fueron expulsados del
partido los llamados renovadores por no obedecer la línea dictada por la
jefatura del partido sobre la posición por adoptar en la discusión del Presupuesto.

De esta manera, el FMLN perdía una vez más diputados en el
seno de la Asamblea Legislativa. Sin embargo, y contra todo pronóstico, el
FMLN volvía a recuperar en 2003 el número de diputados obtenido para
la legislatura 2000-2003. Una vez más, el Frente tendría 31 diputados para
el periodo 2003-2006. Pero entonces una nueva división emergió. Esta vez
entre ortodoxos y “reformistas”. La coyuntura en la que se manifestó el
nuevo conflicto fue la elección interna tanto de las autoridades del partido
como de los candidatos para la elección presidencial de 2004. El fracaso
en estas elecciones derivó en la exigencia por parte de los reformistas de
que los ortodoxos dejaran el control del partido. Parecía entonces que la
historia de 1999 se repetiría y una nueva escisión ocurriría en el partido.

Y así fue. Cara a las elecciones legislativas y municipales de 2006 varios
diputados, alcaldes y regidores abandonaron el Frente y formaron un nuevo
partido, el Frente Democrático Revolucionario (FDR), el cual no pudo
ser inscrito antes de las mencionadas elecciones. Sin embargo, una vez
más, el FMLN incrementó sus votos y su fracción parlamentaria. Pero la
alianza ARENA-PCN sigue volviendo ineficaz la fuerza parlamentaria del
FMLN. Los primeros suman más del 50% de los votos necesarios para
aprobar la mayoría de la legislación salvadoreña.

Todavía en 2006 no puede decirse que el FMLN se haya consolidado
como un único partido o si todavía seguirá originando nuevos partidos
que en la siguiente elección fracasan para luego desaparecer. Aunque la
lección ha sido clara en todos estos años: quien se queda con el control de
“la marca FMLN” tiene más probabilidades de subsistir política y electoralmente.

En resumen, pese al buen desempeño en términos del caudal de fuerza
parlamentaria acumulada por el FMLN en el periodo 1994-2004, las
divisiones y conflictos internos, por un lado, y la inoperante fuerza de
oposición legal en que se ha convertido el partido al no lograr conformar
mayorías legislativas estables, por otro lado, la cara legislativa del Frente
ha tenido un menor desarrollo que el logrado por la cara electoral del partido.
En otras palabras, sus éxitos electorales no se han logrado traducir en
éxitos parlamentarios. Salvo en la breve coyuntura preelectoral 2003-2004
en que no tanto por su fuerza sino por una alianza táctica pactada con el
PCN, pudo bloquear varias iniciativas del Ejecutivo, e incluso superar un
veto presidencial. Pasada esa coyuntura, actualmente el FMLN sigue mostrando
una debilidad opositora en el Congreso.

4. La cara gubernamental del FMLN


El FMLN no ha tenido la oportunidad de gobernar el país desde la
presidencia de la república. Sin embargo, actualmente gobierna sobre la
mayor parte de la población salvadoreña mediante el control de los gobiernos
municipales. Esto no significa que gobierne en la mayoría de munici-
pios. De hecho, para el periodo 2006-2009 gobierna solo en 60 de los 262
municipios, es decir, controla nada más el 22,9% de las alcaldías. No obstante,
los municipios gobernados por el FMLN concentran más del 50%
de la población. Entre esos municipios se encuentran cabeceras departamentales,
como Santa Tecla y San Vicente, y 12 de los 19 municipios del
departamento de San Salvador.

Ahora bien, el total de alcaldías bajo control del FMLN entre 2006 y
2009 es menor que el que tuvo entre 2000-2003. De 80 pasó a 74 y luego
a 60. Podría pensarse que el FMLN alcanzó su techo en 2000. Es muy
probable que su rendimiento electoral y la cuota gubernamental que alcance
en 2009 dependan tanto de lo que hagan los gobiernos locales bajo su
control, como de la imagen que proyecte la fracción legislativa. Hay que
tomar en cuenta, por ejemplo, que en algunos municipios el Frente lleva
dos o tres periodos de gobierno. La sombra de la alternancia se proyecta
sobre esos municipios aunque solo sea por el desgaste político que implica
una gestión de un mismo partido por varios periodos. A ello puede
contribuir el nivel de polarización política del sistema de partidos a escala
nacional. La gestión de los gobiernos municipales queda atrapada en la dinámica
por la disputa del poder nacional. Tómese en cuenta que entre 2006
y 2009 ningún partido político tiene mayoría en la Asamblea Legislativa.

El FMLN está en desventaja en esa situación puesto que las afinidades del
PCN y ARENA les llevan a practicar una política de alianza que anula
la eficacia opositora del FMLN. La percepción pública de esta ineficacia
puede ser trasladada hacia la ciudadanía de los municipios gobernados
por el Frente. Los medios de comunicación de masas juegan aquí un papel
importante y la actual dirigencia del FMLN no tiene buenas relaciones
con las principales empresas mediáticas. Estas apoyan decididamente al
partido ARENA y están dispuestas a favorecer la erosión del poder que
por ahora ostenta el Frente.

El FMLN ganó la alcaldía de San Salvador, en 2006, por 44 votos de
diferencia sobre ARENA. Este partido está dispuesto a ganar por quinta
vez consecutiva la Presidencia en 2009 y recuperar la capital del país que
la gobernó entre 1991 y 1994. Sus aliados, incluyendo a los grandes medios
de comunicación, intentarán hacer fracasar la gestión municipal del
FMLN comenzando con el tratamiento a los desechos sólidos y el ordenamiento
del Centro Histórico de San Salvador. No han pasado ni seis meses
de nueva administración y los problemas y provocaciones ya se hicieron
presentes.

Por otro lado, las disputas por el control del partido que se abrieron a
raíz del resultado electoral de 2004 también están afectando la gestión de
los gobiernos locales controlados por el FMLN. Municipios importantes
como San Salvador, Santa Ana y Santa Tecla (las tres cabeceras departamentales)
se alinearon a los sectores reformistas del Frente antes de las
elecciones de 2006. Los alcaldes de estas ciudades arriesgaron sus posibilidades
para ser postulados como candidatos para seguir al frente de tales
alcaldías para el periodo 2006-2009. De hecho, los tres alcaldes se manifestaron
públicamente contra la actual dirigencia del partido, demandando
cambios en su composición. La reacción de aquella no se hizo esperar. Los
alcaldes de Santa Ana y San Salvador abandonaron el partido y el alcalde
de Santa Tecla está siendo aislado al interior de este.

Una gestión municipal exitosa depende en buena medida de los recursos
financieros de los que se disponga. En El Salvador la principal fuente
de financiamiento para los presupuestos municipales está constituida por
las transferencias desde el Gobierno Central. Por disposición constitucional,
existe un Fondo para el Desarrollo Económico y Social de los municipios
(FODES) hacia el cual el Gobierno Central destina un 7% de sus
ingresos netos. De estas transferencias se benefician los municipios independientemente
del partido que lo gobierne. Sin embargo, por la disputa
por el poder nacional, el Gobierno Central entre 1999 y 2004 practicó una
política de bloqueo a cualquier intento de incrementar el porcentaje de
las transferencias tal como lo demandaba la corporación de municipios
COMURES. La razón era obvia. El éxito a escala municipal del FMLN
podría traducirse en un riesgo para ARENA y sus intenciones de mantenerse
en el poder para el periodo 2004-2009.

Otra importante fuente de ingresos, especialmente para los municipios
más grandes, son los impuestos. Sin embargo, un obstáculo para una
buena recaudación lo constituye la cultura del no pago. Una estrategia que
habían ideado los alcaldes consistía en cobrar en los recibos del servicio
de energía eléctrica. Sin embargo, una vez más bajo la lógica de la disputa
nacional, las distribuidoras de energía eléctrica suspendieron el cobro
automático de los impuestos municipales en sus recibos. El acuerdo al que
se llegó entre las distribuidoras y las alcaldías fue utilizar siempre el recibo
de la energía eléctrica para el cobro de los impuestos, pero dejando la
opción al usuario para que decida si paga o no los impuestos municipales.

Eso ha significado una disminución sustantiva en lo recolectado para los
municipios y ha generado problemas para mantener la calidad de los ser-
vicios municipales, como, por ejemplo, la recolección de los desechos sólidos.
Este es un problema que afecta a todos los municipios independientemente
del partido que gobierna. Pero desde la lógica de la disputa entre
ARENA y FMLN, le conviene al primero pues significa un desgaste y una
percepción pública de inoperancia de los gobiernos del segundo.

En síntesis, lo que se puede afirmar de la cara gubernamental del
FMLN es que pese a gobernar a la mayor parte de los salvadoreños, por
medio de los concejos municipales, la gestión de la fracción legislativa,
sus problemas internos y el bloqueo por parte de ARENA han llevado
al partido a una disminución en el número de alcaldías que controla. Las
elecciones municipales de 2006 confirmaron esta tendencia.

5. Los obstáculos que el FMLN debe superar para crecer


Este trabajo no ha tenido una pretensión exhaustiva en el análisis de
tres caras o arenas en las que se mueve el partido FMLN. Incluso el tratamiento
de estas parece estar desbalanceado. Ha habido más profundidad
en la cara electoral del partido que en la legislativa y la gubernamental. En
parte ello se debe a la mayor disponibilidad de datos para la primera, pero
también refleja el carácter electoral en que ha caído el partido. Su mayor
preocupación en estos 14 años ha estado en ganar las elecciones presidenciales.

Paradójicamente, no es en ellas donde ha obtenido los mejores
resultados. Al contrario, gobierna los municipios donde está la mayoría de
la población salvadoreña y llegó a ser la primera fracción legislativa entre
2003 y 2006.

Gobernar a la mayoría de los salvadoreños mediante de los gobiernos
municipales no significa que esa mayoría lo apoye electoralmente. En parte,
este resultado es posible por el sistema electoral vigente para la competencia
por los concejos municipales, especialmente porque el ganador
se decide mediante una fórmula de mayoría simple y los concejos tienen
representación unipartidista. Sin embargo, el control de cabeceras departamentales
y de la mayoría de municipios del AMSS se convierte en un
símbolo de la fortaleza del Frente. Pero, a la vez, en ello radica también su
debilidad. El Frente ya no puede crecer en el terreno urbano mientras el
sistema de partidos siga siendo multipartidista. Necesitaría de un bipartidismo
para incrementar su base electoral en las zonas urbanas. Necesita
“comerse” las bases de los otros partidos que no son ARENA.

Por otro lado, ARENA y sus aliados, especialmente las principales
empresas mediáticas, no están dispuestos a permitir un mayor avance electoral
del FMLN. Al contrario, están echando todas sus energías para provocar
una debacle electoral del Frente en las elecciones de 2009. Buscan
volver irrelevante al FMLN y están creando problemas a los alcaldes de
los municipios gobernados por este partido. Problemas que van desde la
disputa por el control de calles por parte de vendedores ambulantes hasta
conflictos entre gobiernos locales y la Administración Pública Central. Lo
que ARENA estaría buscando es deteriorar la imagen exitosa que hasta la
fecha, y contra viento, ha logrado construir el FMLN.

El gran límite, sin embargo, está en la capacidad del FMLN para ruralizarse
de nuevo. Sin abandonar a los sectores urbanos que ha logrado
“capturar”, necesita aumentar su caudal electoral si tiene aspiraciones de
hacerse del control del gobierno nacional. El mercado electoral está en dos
lados. Primero, en el mundo rural. Allí donde el FMLN tuvo su fortaleza
durante la guerra. Segundo, en las posiciones más moderadas del espectro
ideológico. Sin un movimiento en ambos sentidos, el FMLN difícilmente
contra restará el embate que le viene desde la derecha salvadoreña, encabezada
por el partido ARENA.

Bibliografia


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para El Salvador, (El Salvador, Programa PROMUDE/GTZ).

Notas


1 Director del Programa de Maestría en Ciencia Política, de la Universidad Centroamericana
“José Simeón Cañas” (UCA) de El Salvador. e-mail: alvart@buho.uca.edu.sv
2 Este trabajo tiene como base una ponencia presentada en el II Congreso Latinoamericano
de Ciencia Política realizado en México D.F., del 29 de septiembre al 1.º de
octubre de 2004, en el Panel sobre “Las izquierdas latinoamericanas y el gobierno:
experiencias, alternativas y desafíos” auspiciado por el Grupo de Trabajo de Estado y
Política del Consejo Latino americano de Ciencias Sociales – CLACSO.
3 Por ejemplo, en 1963 se introdujo la representación proporcional en la Asamblea Legislativa
para propiciar un mínimo juego en términos de Gobierno-oposición. También
en la década de 1960 surgen los dos partidos que hasta 2006 todavía tienen presencia
legislativa: el PDC y el Partido de Conciliación Nacional (PCN). Este último
incluso se mantiene como la tercera fuerza parlamentaria pese a haber servido como
partido oficial para las fuerzas armadas entre 1960 y 1980.
4 Resulta curioso que en los orígenes de la izquierda salvadoreña organizada esté el
PCS, que haya sido este la organización que más tardíamente adoptó la lucha armada
como vía para acceder al poder, y que sean dirigentes de este partido quienes tienen
el control del FMLN 25 años después de su creación.
5 En dicho año se disputaron simultáneamente la Presidencia de la República, los 84
escaños de la Asamblea Legislativa, los 262 concejos municipales y 20 escaños del
Parlamento Centroamericano. De acuerdo con la legislación electoral, esta simultaneidad
solo ocurre cada 15 años puesto que mientras las elecciones presidenciales se
realizan cada 5 años, las legislativas y de Concejos Municipales se llevan a cabo cada
3 años. Otro proceso electoral de este tipo tendrá lugar en 2009.
6 La referencia corresponde a un archivo electrónico del TSE (2000), que me lo
proporcionó el Registro Electoral. No está disponible en sitio web alguno.
La antigua autoridad electoral, el Consejo Central de Elecciones (CCE), dependía
directamente del Ejecutivo puesto que era este el que lo designaba. Desde este punto
de vista, no representaba una garantía para la limpieza y respeto de los resultados.
La reforma política pactada en esta materia convirtió al CCE en un nuevo organismo
electoral con cinco magistrados propietarios y sus respectivos suplentes. Tres de los
magistrados propietarios son propuestos, en ternas, por los tres partidos políticos que
obtienen más votos en la última elección presidencial (correspondiéndole un magistrado
a cada uno de estos partidos) y los otros dos son propuestos por la Corte Suprema de
Justicia. La Asamblea Legislativa lleva a cabo la designación y su mandato es por cinco
años (Constitución, Art. 208). Para los magistrados suplentes se sigue un procedimiento
similar.
7 El título de “elecciones del siglo” derivó no solo por el hecho de ser las primeras elecciones
libres y competitivas de la historia salvadoreña, sino por las expectativas acerca
del resultado que podría darse. Si el FMLN no había podido vencer “con las armas en
la mano” al Gobierno salvadoreño y sus fuerzas armadas para hacerse del control del
Estado; y tampoco el Gobierno había acabado con el FMLN pese a la millonaria ayuda
económica y militar de los Estados Unidos, algunos pensaron que este empate militar
finalmente se resolvería a favor del Frente en estas elecciones. Al final no fue así. El resultado
fue un “fiasco” (ECA, 1994).
8 El ERP mantenía sus siglas originales de identificación durante el conflicto armado
pero ya no significaban lo mismo después de los Acuerdos de Paz. El Ejército Revolucionario
del Pueblo pasó a ser la Expresión Renovadora del Pueblo.
9 El nuevo gobierno “arenero” había tomado posesión el 1.º de junio de 1999. Bajo la
presidencia de Francisco Flores, en diciembre de 2000 se aprobó una de las medidas
económicas de mayor trascendencia para el país. Mediante la Ley de Integración Monetaria,
la economía salvadoreña fue dolarizada. El FMLN se opuso a esta medida y
cualquier colaboración con el Gobierno era interpretada entonces como traición.
10 En noviembre de 2004, una nueva expulsión ocurre en el FMLN. El diputado Miguel
Ángel Navarrete es expulsado por no acatar la decisión del partido de no votar a favor
de una reforma fiscal que se discutía en la Asamblea. En marzo de 2005, el Tribunal
de Ética del FMLN expulsa a otros dos diputados (un propietario y otro suplente) por
haber votado a favor de la emisión de bonos para financiar el Presupuesto General
del Estado. El 7 de junio de 2005, dos alcaldes, dos diputados y aproximadamente
300 militantes renuncian al FMLN inconformes con el proceso interno de selección
de candidaturas para las elecciones de 2006. En julio, cerca de 300 militantes del
departamento occidental de Sonsonete deciden también renunciar al partido y pasarse
a las filas del nuevo partido en formación Frente Democrático Revolucionario
(FDR). En estas condiciones, el FMLN perdió lo que había ganado en las elecciones:
ser la primera fuerza parlamentaria y tener capacidad de veto para las decisiones que
necesitan de dos tercios de los votos (56) para ser aprobadas. No obstante, en 2006
recuperó esta capacidad de veto al agenciarse 32 de 84 diputados. Sin algunos de sus
diputados, es imposible para el resto de partidos, especialmente para ARENA, alcanzar
los dos tercios.
11 Este descenso fue similar al ocurrido en Santa Ana y la explicación reside en el peso
del candidato en la decisión de los electores. Los candidatos a alcaldes ganadores en
estas dos ciudades ya no compitieron con la bandera del FMLN por discrepancias con
la dirigencia nacional. El FMLN perdió el control de estas dos ciudades en 2006.
12 El resultado electoral de 2006 confirmaría aún más esta hipótesis puesto que Nejapa,
uno de los municipios desviados de la tendencia a la “urbanización” del FMLN, dejó
de ser de este partido.
13 Convergencia Democrática (CD) era un partido de inspiración social cristiana mientras
que el Movimiento Nacional Revolucionario (MNR) tenía afiliación a la Internacional
Socialista. Ambos partidos habían formado parte del Frente Democrático
Revolucionario (FDR) aliado estratégico del FMLN durante el conflicto armado.
14 La segunda vuelta fue necesaria en 1994, pero se trató más bien de un mero trámite
puesto que lo que le faltó al partido ARENA para ganar en primera vuelta fue menos
de un punto porcentual.
15 Recordemos que en la primera escisión salieron los dirigentes del ERP y la RN.






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